Desde luego, es un paso importantísimo haber conseguido que la violencia de género se haya hecho visible, y sea condenada por todos. Las campañas de sensibilización realizadas en los últimos años han conseguido sacar a la esfera pública un problema grave que antes se escondía, con vergüenza, en la esfera más familiar e íntima. Y es precisamente por eso, por lo que cada vez hay más mujeres que denuncian ser víctimas de la violencia de sus parejas. Es la punta de un iceberg, que aúnque no lo viésemos, estaba ahí, ahogando en silencio a muchas madres, a muchas esposas que convivían con miedo, con resignación y con vergüenza, con sus propios maltratadores.
Hoy el reto es otro. El reto es conseguir luchar contra la indiferencia. Hoy el reto es que el conjunto de la ciudadanía se conciencia de que, frente a la violencia de género, no cabe la indiferencia, que contra la violencia machista, la respuesta debe ser la tolerancia cero. Esa es la gran lección que a todos nos dio el profesor Neira. Ese hombre que, por defender a una mujer que estaba siendo maltratada, puso en grave peligro su propia vida.
La lección del profesor Neira es esa. No cabe la indiferencia. No es posible mirar hacia otro lado. Ante la violencia de género, la respuesta debe ser, sin lugar a dudas, la defensa de los más débiles. Tolerancia cero, y apoyo incondicional a las víctimas.
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