Una vez más, asistimos perplejos a las incoherencias de nuestro alcalde. Lamento sus contradicciones y su amnesia política, en cuanto a que ha olvidado, en estos cuatro años al frente del 'des-gobierno' de María Pita, lo defendido en los 25 años anteriores, cuando formaba parte del equipo de Paco Vázquez. Por aquel entonces, se gastaron 300.000 euros en llevar a cabo algo que hoy se haría sin coste alguno. Valdría, tan solo, con el acuerdo unánime de toda la Corporación Municipal, para que la cooficialidad del topónimo fuese el fiel reflejo del sentir de la calle. Porque de lo que se trata es de que reine la libertad, no la imposición lingüística. Losada debería de dejar de ser el rehén predilecto de los nacionalistas y abandonar la conversión a las tesis lingüísticas de sus socios de gobierno, para que primase así la coherencia y el sentido común en este Ayuntamiento. VIÑETA: Leandro - La Voz de Galicia
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