Es preocupante y a la par inconcebible que siendo Patrimonio de la Humanidad, nuestro faro (bi)milenario se encuentre en un preocupante estado de mantenimiento y conservación. Es inaudito que un año después de la concesión de dicho título no se haya elaborado un Plan Director fruto de la colaboración de todas las administraciones implicadas, y no de una decisión unilateral del concejal de Turismo, el nacionalista Henrique Tello. Es prioritario contar con un Plan Director que sirva de hoja de ruta para la gestión de la conservación y mejora de la Torre de Hércules y de su entorno, porque es una de las cinco condiciones que ha marcado la UNESCO para renovar el título de Patrimonio de la Humanidad en 2011.
Por mucho que el concejal Tello se esfuerce en convencernos de que ya tenemos Plan Director desde el 11 de enero, lo cierto es que ese documento es papel mojado. Nadie tiene conocimiento de ese documento y nadie ha participado en su elaboración, a excepción, claro está, del Concejal de Turismo. Ni la Autoridad Portuaria, ni el Ministerio de Cultura, ni la Xunta de Galicia, ni el Instituto de Estudios de la Torre de Hércules (IETH) han podido colaborar en la redacción de este proyecto, por lo que su valor es nulo. Por cierto, a día de hoy el IETH no está incluido en el Comité Coordinador del Plan Director porque Tello se niega a que esta asociación, que ha impulsado y trabajado a destajo en la consecución del título para nuestra Torre, garantice que las actuaciones que se lleven a cabo sean transparentes, eficaces y respetuosas con nuestro faro.
En menos de un año, el Comité de la UNESCO examinará la evolución y el estado del monumento para decidir si la Torre mantiene el título. La elaboración de un Plan de Gestión / Plan Director completo y detallado; la creación de un organismo que aclare la relación entre el Consorcio de Turismo y el Comité de Control del Plan Director y que coordine, además, las actuaciones, el funcionamiento y el calendario de trabajo; la designación de un responsable científico, que coordine el museo y el centro de recepción e interpretación; el seguimiento permanente de humedades en las salas afectadas por infiltración y condensación de agua; el control del desarrollo urbano en las 86 hectáreas del faro y en las 142 hectáreas de la "zona de protección"; y el centro definitivo de Interpretación y de Recepción de visitantes en el edificio de la antigüa cárcel: son los cinco puntos que debemos cumplir y que a 13 de mayo de 2010 no se ha cumplido ni el primero de ellos. Por ello, Losada debería de dejar de ponerse medallas con la Torre y tomar de inmediato cartas en el asunto y no permanecer en silencio y como hombre invisible en este asunto vital para la ciudad, como ha hecho hasta ahora. Es el momento de trabajar y de cumplir con la Torre, para evitar que en el 2011 sea el año de las lamentaciones. La raíz del problema es que tanto PSOE como BNG han aprobado la urbanización de varios edificios de 50 metros de altura en la zona de protección de la Torre, en la una parcela del Agra de San Amaro, y no saben cómo salir de este nuevo escándalo urbanístico que puede poner en grave riesgo la renovación del título de Patrimonio de la Humanidad. Desde el Partido Popular seguiremos exigiendo que no se juegue con el futuro de la Torre de Hércules, aunque el concejal de Turismo nos llame "nazis" por hacer una simple pregunta en el Pleno municipal.
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