martes, 7 de abril de 2009

¿Un gobierno en crisis para combatir la crisis?


Finalmente se confirmó la noticia, y Zapatero ratificó lo que venía días anunciándose. El Presidente remodela su gobierno, dice, que para hacer frente a la crisis. Los cambios encierran otras muchas lecturas políticas. El de Zapatero es un proyecto agotado, un proyecto que toca a su fin, porque no ha demostrado ya su incapacidad para aportar soluciones a los problemas de los ciudadanos. No es cuestión de nombres, como pretende hacernos creer el Presidente. No es cuestión de quien ocupe este u otro ministerio. Eso, ya, es lo de menos. El problema de fondo es que Zapatero no tiene un proyecto político claro y definido para este País. El problema es que Zapatero es incapaz de marcar una hoja de ruta para sacar a España de la crisis. Y por eso, por muchos cambios que realice en su gabinete, el problema sigue dentro del gobierno, y se llama José Luis Rodríguez Zapatero.
La realidad es que España tiene un gobierno en crisis, un gobierno desnortado, y sin liderazgo. Ese es el problema. El de Zapatero es un gobierno que ya no genera confianza, y mucho menos ilusión. Un gobierno que ha dedicado demasiado tiempo a la propaganda, y muy poco a la gestión, mucho tiempo a enredar en sus problemas, y muy poco a resolver los de los ciudadanos. Un gobierno, que ya no engaña a nadie.
Y por eso, este es un relevo que no ha generado nuevas espectativas. Es la quinta remodelación realizada por Zapatero en los cinco años que lleva al frente del gobierno. Y por eso, ya nadie espera nada nuevo del gobierno remodelado, porque todo el mundo sabe, que más pronto que tarde, Zapatero deberá convocar elecciones anticipadas y cerrar así una legislatura que pasará a la historia como una de las menos fructíferas para nuestro país. A Zapatero se le agota el tiempo, y se le agota también el crédito de la confianza ciudadana. Ya ha quemado el cartucho de la remodelación del gobierno. Ahora solo le queda ofrecer medidas concretas y efectivas para hacer frente a la crisis económica que padecemos. Debe hacerlo ya. Sin más demoras. De lo contrario, el inquilino de La Moncloa, debería ir pensando en hacer pronto las maletas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

La desaceleración económica, el desempleo, el desánimo generalizado, el probable aumento de la delincuencia, el permanente cuestionamiento de la educación y una creciente deuda pública, amén de una presencia internacional en merma son y serán parte de las consecuencias de esa improvisación política constante que, con su talante abierto y predecible, practica el señor ZP. Lo hace, en parte, gracias a hombres que manejan más en la sombra que en público (léase alguno originario de Palas de Rei). Sólo se olvidan de que el precio lo pagan los españoles.