Una semana después del trágico suceso que costó la vida a una turista salmantina en Os Pelamios, somos muchos los que seguimos estando atónitos con la actuación de este gobierno municipal, no sólo por la poca capacidad de reacción que ha tenido, sino por la falta de humanidad que ha mostrado ante los hechos. Y es que, en ningún momento, se ha escuchado entonar el mea culpa ni al alcalde ni a los concejales, aún sabiendo que existen informes que avalan el mal estado de dicha barandilla, desde hace tiempo, y que, desde el Ayuntamiento, no se ha tomado ni una sola medida. Pero, por el contrario, sí que les hemos podido ver eludir responsabilidades y escucharles, además, decir barbaridades, como que el mantenimiento de esta ciudad se realiza ‘las 24 horas del día, los 365 días del año’. Quizás no sepan que para ello, tienen que salir a la calle y patear, tramo a tramo, la ciudad y alejarse de la moqueta y del sillón consistorial.
El domingo, nada más levantarnos, nos enterábamos de que el Ayuntamiento inició el arreglo del viaducto de Linares Rivas, en donde se retiró parte de la valla metálica que separa el vial del puerto. Una llamada de un particular informando del deficiente estado en el que se encontraba parte de la estructura fue la que dio el aviso a los bomberos, quienes comprobaron in situ que efectivamente numerosos puntos de apoyo de la barandilla no estaba en buenas condiciones, por lo que optaron a retirarla, poniendo en evidencia que Losada sólo se acuerda de Santa Bárbara cuando truena. Y ayer, lunes, nos enterábamos, como consecuencia de otra alerta vecinal, que la barandilla de Cabo Santiago López, también, se encuentra en mal estado. Cito sólo estos dos ejemplos, pero sé que, desgraciadamente, hay muchos más que ponen en peligro la seguridad de los coruñeses y que contradicen, por lo tanto, lo dicho por aquellos que aseguran trabajar día y noche en las inspecciones de la calle y del mobiliario urbano.
Quizás en María Pita se debieran replantear su política: más inversión en seguridad ciudadana, en la vigilancia de las calles y en el mantenimiento de la ciudad y menos inversión en publicidad, protocolo y caprichos del alcalde.
El domingo, nada más levantarnos, nos enterábamos de que el Ayuntamiento inició el arreglo del viaducto de Linares Rivas, en donde se retiró parte de la valla metálica que separa el vial del puerto. Una llamada de un particular informando del deficiente estado en el que se encontraba parte de la estructura fue la que dio el aviso a los bomberos, quienes comprobaron in situ que efectivamente numerosos puntos de apoyo de la barandilla no estaba en buenas condiciones, por lo que optaron a retirarla, poniendo en evidencia que Losada sólo se acuerda de Santa Bárbara cuando truena. Y ayer, lunes, nos enterábamos, como consecuencia de otra alerta vecinal, que la barandilla de Cabo Santiago López, también, se encuentra en mal estado. Cito sólo estos dos ejemplos, pero sé que, desgraciadamente, hay muchos más que ponen en peligro la seguridad de los coruñeses y que contradicen, por lo tanto, lo dicho por aquellos que aseguran trabajar día y noche en las inspecciones de la calle y del mobiliario urbano.
Quizás en María Pita se debieran replantear su política: más inversión en seguridad ciudadana, en la vigilancia de las calles y en el mantenimiento de la ciudad y menos inversión en publicidad, protocolo y caprichos del alcalde.
2 comentarios:
* Sr. Negreira totalmente de acuerdo con Ud. Alguna vez he enviado un correo a la web municipal y han solucionado el problema ¿Sería casualidad? Otras deficiencias, No. Ya le he indicado algunas. ¿Ud. tomará en seri el Mantenimiento,la Limpieza, la Operativa de la Guardia Urbana, etc? Sí es así, no dudo en que será un buen Álcalde.
La obra nueva, no es sólo diseñarla, poner los dineros y construirla, sino, que en muchas ocasiones no se tiene en cuenta, su mantenimiento y coste.
Debemos aprender que los tiempos de nuevos ricos se han acabado y que nos guste o no, tendremos que aprender a cuidar las cosas, a hacer el mantenimiento apropiado a todo, desde mobiliario urbano hasta las autovias.
La mala costumbre de esperar a que se estropee algo para cambiarlo se nos ha terminado. Si conseguimos aprender algo de esto, quizás hasta podamos decir que la crisis nos dejó cosas buenas.
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