jueves, 9 de abril de 2009

Un gran pacto social y político para erradicar el botellón


Es imprescindible crear un gran acuerdo social y político para erradicar el botellón. Estamos ante un problema, no solo de orden público y de convivencia, sino también ante un problema de salud. Por eso, resulta lamentable que el alcalde de La Coruña, Javier Losada, apoye las manifestaciones de la concejala Ermitas Valencia que afirmó recientemente que se negaba a establecer una relación de "causa-efecto” entre botellón y alcoholismo.

En mi opinión, es inaudito el apoyo explícito del alcalde a las afirmaciones de Ermitas Valencia, realizadas en el Pleno de la pasada semana, en las que afirmó que se niega a establecer una relación de "causa-efecto” entre botellón y alcoholismo y que el problema del alcoholismo “es independiente del lugar y la hora". La afirmación de la concejala nacionalista pone en evidencia su absoluta ignorancia y la osadía de tal afirmación cuando todas las sociedades médicas y científicas han establecido una relación directa.

Hace pocos meses en PALEXCO, el Grupo de expertos de la Sociedad Española de Medicina Interna llegaba a la conclusión de que el 30% de los jóvenes que practicaban habitualmente el botellón corrían un grave riesgo de dependencia alcohólica después del primer año.
Losada, en su doble condición de médico y político, no puede alegar desconocimiento de los efectos negativos de la ingesta masiva de alcohol que se produce durante el botellón y por eso, en mi opinión, no puede seguir apoyando la tesis del BNG de tolerar la creación de un botellódromo en los Jardines de Méndez Núñez y otros muchos desperdigados por toda la ciudad.

El alcalde no puede mirar hacia otro lado cuando muchos adolescentes, fin de semana tras fin de semana, arriesgan su salud física y psíquica, su desarrollo neurológico, psicológico e intelectual. Ni la inacción de Losada, ni la connivencia de los concejales de su gobierno son aceptables en el nivel de conocimiento médico y con el marco de actuación legal actuales.

La concejala nacionalista ha insistido en trasladar un mensaje a los jóvenes de que pueden beber lo que quieran pero sin molestar y que esto no es un problema de salud pública. Ha apoyado la creación de un gran botellódromo en Méndez Núñez y ha insultado al movimiento vecinal que le criticó cuando afirmó era el lugar ideal para el botellón y que los jóvenes tienen derecho a divertirse.

Ahora que el señor Losada le pide al nuevo gobierno de la Xunta un marco jurídico para combatir el botellón, lo que no le ha pedido en cuatro años al Bipartito saliente, el Grupo municipal del PP propone un gran pacto para abordar este problema desde la seriedad y desde el rigor, desde todos los ámbitos de actuación y con el consenso de todas las fuerzas políticas y sociales. Es nuestra obligación.

1 comentario:

requinta dijo...

El gran pacto político-social solo debiera ser en TRES PALABRAS, "NO AL BOTELLON". Pero claro, les conviene que nuestros futuros jóvenes esten adormilados en este tema del botellón, sólo les falta que además les pongan unos colchones al lado y la PAGA para cuando se despierten de la noche.